Nuevamente lo repito: intentaré con todo mi corazón escribir más a menudo. No para ventilar mi vida, sino mas bien con la esperanza de que esta apertura pudiera ayudar a más de alguien.
Desde mi última entrada comienzo a relatar esta osadía. Después de días de ansiedad y nervios previos al viaje, el día 3 de abril dejo mi hermosa ciudad para cambiar todo de manera radicalmente. ¿Por qué radical? Porque jamás en la vida había viajado tan lejos, mucho menos para pensar en quedarme por casi 4 meses.
...Sí, quizás para aquellos que han tenido que dejar su hogar tempranamente, ya sea para salir a estudiar o a trabajar, no signifique nada un cambio de este tipo. Lo he visto y por eso me atrevo a decir eso. Sin embargo, para quienes una oportunidad como esta significa el primer "abandono" del hogar, en alguna medida este mensaje puede llegarles...Gracias a Dios, tuve el privilegio de ser acompañada por mi novio durante todo el viaje de llegada a Brasil, compañía que además permitió que las experiencias vividas fueran aún más hermosas. Definitivamente creo que sin él hubiera sido todo más difícil.
Para mi jamás dejará de ser emocionante el subir a un avión. Creo que cuando deje de serlo me asentaré en una ciudad y no me moveré más de ahí. El saber que en un correr de segundos un enorme monstruo pasa de ser movido por un pequeño vehículo a surcar por sí sólo grandes y espumosas nubes, no tiene precio. El mirar desde cientos de kilómetros de altura como las proporciones pierden sentido y el hombre se vuelve cada vez más pequeño, no me significa otra cosa que agradecer a Dios por permitirme disfrutar de todo lo que Él creó.
El vuelo duró cerca de 5 horas desde Santiago a São Paulo y cerca de 1 hora desde São Paulo a Curitiba, con una escala en éste último de cerca de 3 horas. El tiempo allí se nos hizo muy corto mientras hacíamos los trámites para el trasbordo de las maletas porque lamentablemente no iban directo a destino... No podíamos evitar la fila.
Llegamos cerca de las 21.00 hrs. a Curitiba. Entre vueltas y vueltas (el personal bilingüe no abunda en el Aeropuerto Afonso Pena) logramos salir de allí, en compañía de nuestras maletas y con destino al Hostel, cerca de las 23.00 hrs.
Con respecto a eso último: si existe algo por lo que deben procurar elegir bien al llegar es el transporte que usarán desde el Aeropuerto (o Rodoviaria, según el caso) hasta el lugar donde se van a hospedar durante los primeros días. Existen, al menos, 3 tipos de opciones para salir, las que paso a listar:
Ligeirinho Aeroporto: Ofrece transporte desde el Aeropuerto hacia el Centro Cívico de Curitiba, pasando por diversos puntos, como la PUC-PR y la Rodoferroviaria. Pasan con una frecuencia aproximada de 20 minutos; saliendo el primero a las 06.00 hrs y el último a las 23.20 hrs, en días de semana, y a las 22.00 hrs en fines de semana. Esta opción cuesta R$2,85 (US$1,4) de lunes a sábado y R$1,50 (US$0,7) en domingos. Esta opción es muy sencilla de ubicar ya que es casi imposible no ver la singular Estación Tubo, característica de Curitiba, frente a la puerta principal. Mas debes tener claridad respecto a la estación donde debes descender, más aún si llegas de noche.
Expresso Aeroporto: La misma idea que el anterior, mas es un servicio con mayor variedad de horarios disponibles y con un costo de R$12 (US$6). Las paradas se encuentran en su mayoría en el centro de la ciudad.
Taxis: Se encuentran fácilmente afuera del Aeropuerto, son confiables y llegan a cualquier parte de la ciudad. Para tener una referencia, la tarifa promedio para llegar al Centro Histórico es de R$60 (US$30).
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